La arquitectura y el oficio. Hablan profesionales (VII). Marián Paredes: «La arquitectura es Arte, capaz de producir y causar emociones.»

Esta séptima entrega de la revisión de la profesión arquitectónica nos trae a nuestra colaboradora más internacional. No en vano la contemplan cuatro países en dos continentes diferentes. Un ejemplo de adaptabilidad y, por qué no decirlo, globalización. Una voz autorizada para comprender la dimensión artística de una disciplina siempre sujeta a las presiones de la funcionalidad y el mercado, pero, como ella misma dice, «el arquitecto es sociólogo a la vez. Porque estudia al ser humano, su forma de habitar, sus necesidades, y sólo después de una profunda reflexión da respuesta al programa planteado.»

¿Qué debe ser, u ofrecer un profesional de la arquitectura?

El arquitecto debe ser artista, sociólogo, y constructor a la vez. La profesión de arquitectura es tan compleja que un buen profesional debe ofrecer estos servicios en aras de lograr un buen proyecto.

El arquitecto debe ser artista, porque la arquitectura debe ser concebida como una obra de arte al servicio de los ciudadanos. Estoy completamente convencida de que los espacios que los arquitectos generamos en nuestros proyectos son transcendentales y definen la vida de las personas. La arquitectura tiene el privilegio de causar muchas emociones, por eso yo la defino como la «gran pieza de arte». No sólo la ves, como la pintura o la escultura, o lo escuchas como la música, sino que la vives, la sientes, te mueves en su interior, y crea el espacio en el que se desarrolla la vida. Por eso los arquitectos tenemos una tarea tan importante. Y por ello el arquitecto es sociólogo a la vez. Porque estudia al ser humano, su forma de habitar, sus necesidades, y sólo después de una profunda reflexión da respuesta al programa planteado. El proyecto es el resultado final de un profundo análisis de la sociedad. Es ese valor social de la arquitectura el que me atrae. Por otra parte los arquitectos somos también constructores. Diseñamos la construcción de los edificios y creamos ciudades, y todo para la sociedad en la que vivimos. La profesión de arquitectura ofrece varios servicios en uno, porque al ser una tarea compleja, importante y transcendente debe atender a múltiples disciplinas.

¿Cómo valoras tus experiencias trabajando en el campo de la arquitectura?

Mis experiencias hasta el momento trabajando en el campo de la arquitectura han sido muy satisfactorias. He tenido la oportunidad de desarrollar mi labor profesional en diversos estudios a nivel nacional e internacional, en proyectos muy interesantes.

En España comencé mi carrera de arquitecta en el estudio Summa 7, con María Estévez. Posteriormente he trabajo en el estudio de arquitectura ZC con Juan Zaballa, y en la oficina de arquitectura de Eva Penado. En el campo del urbanismo he trabajado en el Ayuntamiento de Vigo, en la oficina de Urbanismo y Planeamiento.

Mi deseo de vivir nuevas experiencias y enriquecerme profesional y personalmente me ha llevado también a trabajar en otros países de Europa: En Irlanda, en la firma Jack Coughlan Associates y en Italia en el despacho Silvano Buzzi & Associati.

Después de trabajar en Europa, decidí dar el salto a Estados Unidos y desarrollar mi labor profesional en Nueva York. Tras trabajar en el estudio Architect´s Rule, actualmente trabajo en la firma Helpern Architects. realizando interesantes estudios y proyectos para la construcción de nuevos hoteles.

Todas han sido experiencias enriquecedoras, en las que he podido demostrar mi talento y desarrollar mi labor con profunda satisfacción.

Marian

La arquitecta, en uno de sus proyectos en Irlanda.

¿Cuál es tu proyecto soñado y cuáles son tus mejores armas para conseguirlo?

Cada proyecto es un sueño. Cada uno tiene sus propios requisitos, la necesidad de adaptarse al enclave en el que va a ser construido, y un programa diferente. Cada proyecto es una oportunidad única de construir ciudad, de seguir creando espacios para el ser humano. Cada proyecto es un reto para seguir mejorando y ofreciendo un servicio de calidad. Ahora mismo estoy inmersa en el proyecto de un hotel de una conocida firma hotelera española que se implantará en Estados Unidos. El proyecto estará situado en Times Square, y será un componente más de la trama de Manhattan. Por eso estamos cuidando con esmero los detalles de la fachada, que serán visibles y parte de la configuración de la ciudad. Pero también estudiamos al detalle los espacios interiores, que definirán el confort del viajero y dejarán una profunda huella en su paso por la ciudad. Cada proyecto es la oportunidad de mejorar la imagen de la ciudad y hacer nuestra aportación a la sociedad.

Las armas con las que cuenta el arquitecto para enfrentarse a cada proyecto son su bagaje profesional, los conocimientos adquiridos y las experiencias vividas. Por eso considero muy importante para esta profesión viajar. Conocer y enfrentarse a nuevas culturas y diferentes realidades es fundamental para todo arquitecto. Es requisito indispensable también tener una gran sensibilidad artística. Al final la arquitectura es Arte, capaz de producir y causar emociones. Por ello cada proyecto es un nuevo reto de superación y la oportunidad de construir y hacer realidad un sueño.

La arquitectura y el oficio. Hablan profesionales (VI). Vasco Cortez: «El arquitecto tiene una función pedagógica sobre el cliente y sobre la sociedad en general.»

Nueva entrega de esta fertil serie de entrevistas. En esta ocasión tengo el inmenso placer de presentar a Vasco Cortez. Arquitecto portugués con el que tuve el placer de compartir un año de estudios en la Universidad de Lille. Cuenta con experiencia profesional en Portugal y Alemania. Por primera vez nos encontramos con un profesional formado fuera de España (no es el primero de nuestros colaboradores con experiencia fuera de España pero sí el único que nunca la ha tenido aquí) y como el mismo afirma: “…de hecho en Portugal y en España el arquitecto no tiene la misma función, algo que ocurre en todos (o casi todos) los países. O sea, no es posible definir de una forma genérica las reales funciones del arquitecto.”

¿Qué debe ser, u ofrecer, un profesional de la arquitectura?.

El profesional de arquitectura es, en general, el responsable de la organización del espacio físico ocupado por el Hombre. Como tal, debe ser, a mi ver, formado en multiud de campos, ya que las especialidades en la construcción y,consecuentemente, en la arquitectura se multiplican indefinidamente hoy en día. Siendo el responsable del proyecto arquitectónico, debe tener una formación humanística, artística, científica y técnica. La amplitud de conocimiento necesario viene provocado por los diferentes conceptos de la formación arquitectónica que existen en el mundo y también por lo que se entiende como arquitecto en cada lugar, de hecho en Portugal y en España el arquitecto no tiene la misma función, algo que ocurre en todos (o casi todos) los países. O sea, no es posible definir de una forma genérica las reales funciones del arquitecto. Esto trae problemas en la preservación del derecho al trabajo entre diferentes países de la Unión Europea, y en la recientemente promulgada equivalencia de titulaciones (proceso de Bolonia). En general pienso que un profesional de arquitectura se debe esforzar por poseer una formación genérica, como ya defendía Vitrúvio, que le permita controlar la esencia de la obra, y al mismo tiempo tener una visión global del hecho construido. Se le podría definir,a mi entender, como un coordinador de especialidades, pero también un artista, toda vez que la historia de la arquitectura siempre se ha inscrito en la historia general de la arte. Él presta un servicio, que no es solo un servicio técnico y artístico, sino también de asesoramiento y consultoría personalizado, tal como pasa con los abogados, por ejemplo. Tiene así una función pedagógica sobre el cliente y también sobre la sociedad en general.

¿Qué esperabas y qué has obtenido de tu(s) primera(s) experiencia(s) trabajando en el campo de la arquitectura?

No sé lo que esperaba, pienso que nada en particular. Quizás ganar experiencia, contactar con la realidad. En la universidad el trabajo es siempre teórico, pues por muy realista que sea la forma como se proyecte, todos sabemos que nada va a ser construido. Pienso que esa es la verdadera diferencia entre la escuela y la vida real: la posibilidad (pequeña o grande) de que un proyecto se transforme en un edificio. Lo que obtuve ha sido la confrontación con la dureza de la realidad. A nivel constructivo pude ver como son construidas las cosas en la realidad, pero también descubrí como se desarrollan un proyecto a nivel político y administrativo (como se obtienen proyectos, como se los lleva adelante, se los discute con el cliente y altera indefinidamente, se los aprueba, se llega a la obra y finalmente son construidos). He aprendido que el proceso de realización de un proyecto real es mucho mas complejo, difícil y lento de lo que yo imaginaba.

¿Cuál es tu proyecto soñado y cuáles crees que son tus mejores armas para conseguirlo?

No tengo un proyecto soñado, nada que quiera hacer en particular. Hay, sin embargo proyectos que me atraen mas que otros. Un museo es siempre el deseo de cualquier arquitecto, así como una biblioteca o edificios públicos en general, pero también la habitación (vivenda) puede tener mucho interés. Un campo que también me interesaría sería llegar a construir obras de ingeniería, como puentes o viaductos. Pienso que son obras mucho mas próximas a la arquitectura y al diseño de que la mayoría de las personas piensa. Alias, la división y conflictos típicos en Portugal entre ingenieros y arquitectos nunca ha hecho para mi ningún sentido.

Para jóvenes arquitectos sin muchos conocimientos o contactos importantes, la única arma para conseguir construir sea lo que sea son los concursos públicos. En Portugal se dice que muchos ya están decididos al inicio y que no son justos, y que por eso no vale la pena participar. Continuo queriendo creer que algunos todavía no lo están y que aún vale la pena intentar.

La arquitectura y el oficio. Hablan profesionales (V). Vanessa Barral: «No comparto las ansias de cambiar el mundo.»

El turno corresponde en esta ocasión a Vanessa Barral, que ya ha aparecido por estos lares en dos ocasiones (con «Armando» y «La bufanda») y a la que recibimos otra vez con gran placer -que sean muchas más-, una arquitecta titulada en 2007 con más de 5 años de experiencia en estudios de arquitectura, en labores tanto de becaria como de arquitecta titulada.

¿Qué debe ser, u ofrecer, un profesional de la arquitectura?

La concepción del arquitecto y de sus deberes u obligaciones varía según a quien le hagas la pregunta o a quien quieras venderle la respuesta.  Podríamos hablar de la visión general de la profesión en nuestra sociedad,  de la imagen mediática, de la que espera el cliente, de la que nos enseñan en la facultad…  pero ninguna de ellas coincidiría, y todas se alejarían de la visión personal que pueda tener cada uno de nosotros.

En mi caso, me cuesta bastante crearme una idea clara sobre ello. La percepción de mis deberes u obligaciones ha ido cambiando a lo largo de los años, según lo que he ido viendo a mi alrededor.  Podría decir que considero que el arquitecto debe estar al servicio de la sociedad, debe construir espacios que respondan a las necesidades de sus usuarios, debe hacer más fácil la vida de los demás, y además debe conseguir que el mundo en general sea más acogedor.  Pero estaría mintiendo.  Esta es la idea con la que generalmente salimos de la carrera, para luego darnos cuenta de que, en realidad, el arquitecto está únicamente al servicio de su cliente,  y sólo debe responder a las necesidades de éste.

Supongo que nuestra profesión no difiere demasiado de cualquier otra en nuestros días. Lo único que poseemos son los conocimientos necesarios para crear un producto, y nuestra única obligación es la de hacer que quien compre ese producto quede satisfecho con él.

El problema es que, generalmente, nos preocupamos más por atender las necesidades de nuestro propio ego que las del comprador de nuestro producto, y de ahí que al final ninguno de nosotros sepa exactamente cuál es su obligación como profesional.

¿Qué esperabas y qué has obtenido de tu(s) primera(s) experiencia(s) trabajando en el campo de la arquitectura?

Esperaba aprender,  ver lo que un arquitecto era y hacía realmente, formarme, descubrir el mundo real de nuestra profesión y llegar a considerarme capaz de hacer algo por mí misma sin tener dudas.  Suena gracioso, pero después de 5 años (léase 8, 10, 12…) de estudios, salimos de la carrera sin tener ni idea de lo que es el mundo real de la construcción, y si no tienes a nadie relacionado con ella en tu familia, es muy difícil hacerse una idea de cómo funciona todo.

Lo que he obtenido ha sido diferente en los estudios en los que he trabajado, pero si tengo que buscar algo común a todos ellos diría que, en general, la sensación ha sido la de decepción.  Normalmente, los primeros años  te utilizan como un delineante, simplemente te consideran un poco más espabilado que ellos.  Pocas veces tomas parte en el área de diseño, puesto que no tienes suficiente experiencia para ello. Sin embargo, te cargan con toda la parte técnica de los proyectos como si llevaras construyendo toda tu vida.  Al principio te asustas porque crees que no tienes la preparación suficiente para resolver ciertos problemas. Ya no estás en la carrera, ya no es un proyecto irreal sino que estás haciendo un edificio que se va a construir realmente. Aquí no se puede hacer trampas, si lo haces mal las consecuencias pueden ser fatales. Sin embargo, ves que esa preocupación que tú tienes no la comparte tu jefe ni la gente que trabaja contigo, y no lo entiendes.  Intentas hacerlo lo mejor que puedes, buscas información  en donde sea, y lo sacas adelante, esperando que si hay errores alguien te los corrija, pero resulta que después nadie revisa tu trabajo, y esas decisiones que tomaste tú sin saber si eran las correctas o no, son las que se entregan con el proyecto.

Al final, has hecho muchas cosas que nunca antes habías visto. Te parece que has aprendido mucho. Pero lo cierto es que no tienes ni idea de si las has hecho bien o si por el contrario el edificio que has resuelto va a estar lleno de humedades dentro de 2 años.

¿Cuál es tu proyecto soñado y cuáles crees que son tus mejores armas para conseguirlo?

No tengo un proyecto soñado. Para ser sincera, yo no estudié arquitectura por vocación, y a pesar de que me gusta mucho mi trabajo, no comparto las ansias de cambiar el mundo que tienen la mayoría de mis compañeros ni los ideales que intentan inculcarnos en la carrera.   No aspiro a construir algo que salga en las revistas,  no espero revolucionar el mundo del diseño ni descubrir un sistema constructivo innovador que llegue a conocerse mundialmente.  Mi aspiración es tan simple como estar a gusto en mi trabajo, sin importar qué tipo de proyecto haga, más bien la manera en que se lleve a cabo.

Podría decir que uno de mis sueños es construir mi propia casa, pero no se trata de una aspiración profesional sino personal.  No sería un logro para mí el hecho de realizar el proyecto, sino el de poder disfrutarlo durante el resto de mi vida.

Las armas para conseguirlo, todavía estoy buscándolas.

La arquitectura y el oficio. Hablan profesionales (IV). Estíbaliz García: «Se hace necesario abrirse a otros campos.»

Nos encontramos con Estíbaliz García, arquitecta tiulada en febrero de 2010 y con experiencia tanto en estudios (como becaria y arquitecta) como en investigación.

¿Qué debe ser, u ofrecer, un profesional de la arquitectura?

Sin duda, es una de las cuestiones principales que se plantea hoy en día la arquitectura.

Hace años, cuando uno decidía  empezar la carrera se imaginaba en una obra, con un casco, planos…  No hay más que entrar en cualquier página web de una constructora y ver que una de las imágenes que se muestran es la del “típico” arquitecto. Pues bien, desde mi punto de vista, todo esto está perdiendo  veracidad. Actualmente no existe suficiente demanda para este tipo de arquitecto (en especial cuando se titulen los 40.000 estudiantes matriculados en  la actualidad). Se hace necesario abrirse a otros campos.  Arquitectura social, arquitectura en la red,  diseño, en definitiva, soluciones cotidianas que no sean simplemente las de un técnico, de hecho para estas cuestiones probablemente habrá otros profesionales mejor cualificados.

Respecto al arquitecto, una de las cualidades fundamentales que debe tener es la flexibilidad, entendida como la capacidad de adaptación a múltiples condicionantes.

¿Qué esperabas y qué has obtenido de tu(s) primera(s) experiencia(s) trabajando en el campo de la arquitectura?

Los primeros días que pasé en un estudio como estudiante  fueron decepcionantes, porque hasta ese momento no había reparado en que lo que se me iba a exigir era simplemente estar durante cinco horas todos los días delante del ordenador.  Mi sensación era la de ser una oficinista con unos conocimientos de arquitectura (El tema del sobre con mis honorarios a finales de mes mejor lo voy a obviar).

Una vez titulada el trato que recibí fue, ciertamente, muy bueno. Pero claro, muy bueno en comparación con las condiciones laborales en las que se encuentran actualmente mis compañeros de profesión.  Resulta desilusionante que una profesión que realmente se afronta por vocación, con el paso del tiempo, acabe dando más disgustos que alegrías. Espero seguir pensando que esas alegrías compensarán unos comienzos que se plantean complicados.

¿Cuál es tu proyecto soñado y cuáles crees que son tus mejores armas para conseguirlo?

En realidad, es complicado contestar esta cuestión, porque para ello se tendría que tener claro a cual de los campos de los que hablábamos antes me gustaría dedicarme.

Sin duda, llegar a realizar una pieza, a pesar de pasar inadvertido el nombre de su creador, se convierta en  algo que llegue a utilizar cualquier tipo de usuario, ese sería el mayor reconocimiento posible.  Es decir, realizar una pieza como el exprimidor de Philipe Starck, cualquier mobiliario Eames (por dar un par de ejemplos) que llegan al gran público y que a pesar de la discusión que siempre tengo con mis compañeros para mi, si son arquitectura.

La arquitectura y el oficio. Hablan profesionales (III). Laura Vizcaíno: «Un arquitecto debe ser un buen gestor, un buen administrador y un buen relaciones públicas.»

Continuando con nuestra serie de entrevistas, hoy tenemos a Laura Vizcaíno, titulada en febrero de 2009 y con más de 3 años de experiencia en cuatro estudios diferentes donde realizó funciones de becaria y de arquitecta.

¿Qué debe ser, u ofrecer, un profesional de la arquitectura?

Puff, empezamos fuerte. La verdad es que un profesional de la arquitectura debe ser y ofrecer muchas cosas al mismo tiempo. He pasado por diferentes estudios y, la verdad, es que han sido todos muy distintos. Puede que el trabajo que realices dependa, en cierto modo, del número de personas que formen el propio estudio y el tipo de proyectos a los que se dediquen.

Un profesional de la arquitectura debe ser versátil y polifacético. Tiene que saber desenvolverse  con facilidad en el terreno propio de la arquitectura. Dar soluciones rápidas y efectivas al instante, pero al mismo tiempo adquirir un compromiso laboral a largo plazo. Desde el momento del encargo, hasta ver la obra finalizada, el arquitecto adquiere un compromiso permanente. No se puede o no debe desligarse del proyecto.

Pero al arquitecto no le basta con ser bueno solamente en aquello en lo que se ha formado. Debe ser un buen gestor, un buen administrador y un buen relaciones públicas, tener buena mano con la gente. La arquitectura no se limita simplemente a recibir un encargo, dibujarlo sobre papel y entregarlo al cliente. Debe desarrollar un buen entendimiento con el promotor y con las diferentes personas u organismos que intervienen en el proyecto. Estar informado en todo momento de subvenciones, ayudas o normativas de las que se pueda beneficiar para llegar a la solución más ventajosa para todas las partes. Tiene que ser consciente que se encuentra dentro de un proceso continuo de formación y, en la mayoría de los casos, es autodidacta.

¿Qué esperabas y qué has obtenido de tu(s) primera(s) experiencia(s) trabajando en el campo de la arquitectura?

En mi caso, esperaba un trabajo más creativo. En muy pocas ocasiones me han dejado pensar en algo, es decir, siempre he recibido unas directrices. En ningún momento me he tenido que enfrentar al temido momento de la hoja en blanco.

Cuando he estado de becaria antes y después de titularme, la mayor parte del tiempo me daba la sensación de que era una delineante más. Tenía que realizar un trabajo que después se juzgaba como si aún continuase en la escuela. Puede que sea complicado de explicar: no se me valoraba como arquitecto, pero tampoco como delineante. No se me daba el poder de decidir, no tenía responsabilidad sobre mi trabajo, pero si este no funcionaba (fuese o no mi culpa) era mi responsabilidad porque era arquitecto. Mi experiencia en este aspecto, resultó bastante frustrante y decepcionante.

Como “colaboradora” las cosas han sido distintas. Tras un pequeño periodo de adaptación y siguiendo unas pautas, desarrollar de principio a fin un proyecto es muy gratificante. Al no tener experiencia, consultas dudas para buscar soluciones. Pero estas consultas son de igual a igual, totalmente diferente a la situación anterior.

En mi caso, “mi primer proyecto en solitario” es la rehabilitación de una pequeña iglesia. Desde ir al sitio, empezar a medir y decidir hasta el más mínimo detalle, hace que sea como un hijo, que lo has visto crecer. La pena en mi caso es no estar siguiendo el desarrollo a pie de obra, pero siempre lo “sentiré” como algo mío.

¿Cuál es tu proyecto soñado y cuáles crees que son tus mejores armas para conseguirlo?

Yo creo que no existe un proyecto soñado. La gente puede pensar en hacer grandes edificios como palacios de congresos, museos… algo simbólico y espectacular. Para mí, el proyecto soñado es aquel en el que yo me sienta realizada y contenta con el trabajo hecho. Conseguir que aquellos que me lo encarguen queden satisfechos con lo que he hecho. Un proyecto en el que se impliquen ambas partes. Puede que ese proyecto soñado consista simplemente en una pequeña reforma interior de un apartamento.  No tengo sueños de grandeza ni de reconocimiento mundial, sino que las personas con las que trabajo queden contentas con el resultado.

No sé si esto todo lo que he dicho es de interesante o no. Simplemente es la experiencia de casi un año de trabajo en diferentes estudios: desde uno de los estudios más grandes que hay en Galicia a estar mano a mano con un arquitecto.

La arquitectura y el oficio. Hablan profesionales (II): «El arquitecto debería llegar antes que la necesidad»

Comenzamos esta, esperemos, larga e interesante serie de entrevistas con una arquitecta titulada en 2009 y con ya más de un largo año de experiencia en el campo de la arquitectura.

¿Qué debe ser, u ofrecer, un profesional de la arquitectura?

Empezamos fuerte.  Es una pregunta muy difícil, intentaré contestarla lo mejor que pueda, dentro de mis, aún escasos, conocimientos de la profesión.

Para mí la de arquitecto es una profesión al servicio de la sociedad, por lo tanto su principal función sería ayudar a ésta a hacer su vida más fácil, saber ver los problemas e intentar dar una solución, atender a sus necesidades…  unas necesidades que van más allá del aquí y ahora, deben predecir el futuro. El arquitecto debería llegar antes que la necesidad, y esa anticipación es lo que hace tan difícil, a veces, la profesión.

Pero por otro lado es esta misma predicción del futuro, o el creerse sabedor del futuro lo que hace al arquitecto, en demasiadas ocasiones, ser soberbio. Y este es uno de nuestros grandes problemas.

¿Qué esperabas y qué has obtenido de tu(s) primera(s) experiencia(s) trabajando en el campo de la arquitectura?

¿Qué esperaba? No sé… ya ni me acuerdo, jeje. Esperaba que la experiencia fuese dura, pero enriquecedora, supongo que como todos. Yo tenía las expectativas bastante altas, mi primera experiencia iba a ser en un estudio relativamente  importante dentro de la arquitectura gallega, y esperaba aprender mucho, mucho… dentro del terreno profesional y madurar en lo personal. Y, bueno, creo que las dos cosas las he hecho, pero quizás no como me lo había imaginado.

No voy a negar que los primeros meses fueron un tanto decepcionantes. Yo tenía un concepto idealista de la arquitectura, pensaba que con buenas ideas se llegaba a cualquier parte y luego descubres que, al final, los buenos proyectos los haces por gratificación personal, pero nadie, o muy pocos, lo va a valorar. Todo se reduce a dinero y dinero.  Y descubres que la profesión es muy ingrata.

Por no hablar de la competitividad entre los arquitectos, incluso dentro del propio estudio. Pero este tema no es exclusivo de la arquitectura.

¿Cuál es tu proyecto soñado y cuáles crees que son tus mejores armas para conseguirlo?

No tengo proyecto soñado, nunca he soñado con realizar algo concreto…. De hecho una de las cosas mas bellas de nuestra profesión, es esa incertidumbre que se genera desde el minuto 0 en que decides proyectar algo, y nunca saber a dónde vas a llegar esa vez. Papel en blanco y a volar. Con sus mil condicionantes y parámetros, solo hay que buscar la forma de volar entre ellos. Es la esencia del proyectar.

Y mi única arma es intentar hacer mi trabajo lo mejor que pueda en cada momento.  Soy muy tenaz.

La arquitectura y el oficio. Hablan profesionales

Recientemente, y a raíz de la lectura del libro de Llàtzer Moix, que ya comenté por estos lares, se me ocurrió que resultaría interesante comunicarme con l@s profesionales para conocer su opinión de primera mano. Al fin y al cabo, mi conocimiento de la realidad de la profesión es más limitado.

Se publicarán una serie de emtrevistas y algún artículo relacionado que ayudarán a comprender como ven jóvenes profesionales (que son probablemente los que menos «infecatados» de realidad estén). Las cuestiones son las mismas para todos:

  1. ¿Qué debe ser, u ofrecer, un profesional de la arquitectura?
  2. ¿Qué esperabas y qué has obtenido de tu(s) primera(s) experiencia(s) trabajando en el campo de la arquitectura?
  3. ¿Cuál es tu proyecto soñado y cuáles crees que son tus mejores armas para conseguirlo?

Las líneas son simples, idea de profesional, realidad de la profesión y el apasionante mundo de los sueños e ilusiones.

Arquitectura milagrosa de Llàtzer Moix y la profesión arquitectónica

¿Cómo, con qué fines, por qué camino y a qué precio se llega a construir una obra de estas características y proporciones?

“el principal riesgo en arquitectura es optar por lo neutral, por los edificios que no se ven. Hay muchos edificios insípidos que ilustran lo que digo… No soy formalista, pero me gustan las formas.” Jean Nouvel

A Mercader le complació la idea. Supo de inmediato que hallaría fácil acomodo en el imaginario popular. Y le animó a desarrollarla, haciendo hincapié en su relación con Montserrat o Gaudí, y marginando otros referentes como eran la Tour Sans Fin del propio Nouvel o los géiseres. “Le sugerí a Jean que incluyera una alusión a Montserrat en cada una de las imágenes virtuales de la nueva torre que debíamos presentar, unas semanas después, al cliente, para así facilitar la aprobación del proyecto. Creí oportuno subrayar esta relación, para que Agbar reparara en el nexo existente entre aquella propuesta rompedora y la tradición local.”  Santiago Mercader es consejero delegado de Laietana

“Las cosas son así”, prosigue el colaborador de Nogués. “ El hombre de la calle quizás no sepa mucho de arquitectura, o de ropa, pero sí sabe de marcas. Cuando los nombres le suenan, confía. Y quien dice el hombre de la calle dice los alcaldes del área metropolitana de Barcelona: a todos les gustan las marcas. Lo cual en ocasiones puede tener un precio.” Antoni Nogués es gerente de la ADU (agencia de desarrollo urbano de L’Hospitalet)

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