«Sin sangre» de Alessandro Baricco, 2007.

«El hombre sacudió ligeramente la cabeza.

– Pero no sucedió nada, porque a la vida siempre le falta alguna cosa para ser perfecta.»

«El hombre respondió que, para tener hijos, era necesario tener confianza en el mundo.»

«Había un montón de cosas que teníamos que destruir para poder construir lo que queríamos, no había otra forma, teníamos que ser capaces de sufrir y de inflingir sufrimiento, quien resistiera más dolor sería el que venciera, no se puede soñar con un mundo mejor y pensar que te lo entregarán con solo pedirlo.»

«Y en todos estos años usted se ha preguntado mil veces por qué entró en aquella guerra, y durante todo ese tiempo fue dándole vueltas y vueltas en la cabeza a su mundo mejor, para no pensar en el día que le trajeron los ojos de su padre, y para no seguir viendo a todos los otros muertos asesinados que entonces, como ahora, pueblan su memoria como un recuerdo intolerable, que es la única, la verdadera razón por la que usted luchó, porque usted no tenía otra cosa en su memoria, vengarse, ahora tendría que ser capaz de pronunciar esta palabra, venganza, usted mataba por venganza, todos matabais por venganza, no hay que avergonzarse por ello, es la única medicina contra el dolor.»

«Solo comprendía que nada es más fuerte que ese instinto de volver donde nos degarraron, y de seguir repitiendo ese instante años y años.»

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